Está demostrado que las terapias que tratan los factores de malestar (síndromes, discapacidades, enfermedades raras o terminales) empleando como vector la música y todos sus componentes logran resultados muy satisfactorios, incluso allí donde las terapias más tradicionales no lo han hecho. Pero no debemos ceñirnos únicamente a las patologías o situaciones sicológicas más extremas para comprender los beneficios de la musicoterapia, ya que también ayuda al desarrollo de la motricidad, del habla, del oído o de la interacción social desde edades muy tempranas.