La música, los sonidos, son nuestro primer lenguaje desde que nacemos, incluso antes, cuando aún estamos en el vientre materno. Exponernos a ella, así como a los movimientos que inspira y los instrumentos que la producen, supone un importante factor de estimulación temprana, entre otros beneficios demostrados científicamente.
Contrariamente a lo que se pueda creer, la musicoterapia no se limita a bebés que atraviesen síndromes estados especiales, sino que está abierta a todos ellos como herramienta para desarrollar precozmente aspectos:
Emocionales (tranquilizar, animar, entender sus miedos, crear un vínculo, fomentar la expresión y la creatividad)
Cognitivos (desarrollo de la conciencia perceptiva, concentración, memoria, lenguaje)
Motrices (motricidad gruesa y fina, y expresión corporal)
Siguiendo los patrones establecidos con nuestra musicoterapia general, en Backstage abrimos la posibilidad para que mamás/papás y bebés tengan acceso a las bondades de esta herramienta, primando el establecimiento y refuerzo del vínculo materno/paterno en un ambiente de bienestar mutuo, con la constante guía del terapeuta. Para ello, tendrán acceso a un espacio tranquilo y diáfano, dotado del material e instrumentos necesarios (percusivos, teclados, guitarras), así como elementos plásticos, como pinturas y el papel continuo.
No debemos confundir musicoterapia con el aprendizaje de un instrumento o un baile. No se trata de eso. Aquí, a diferencia de Música y Movimiento, el objetivo es, como hemos dicho, el vínculo con la madre/padre y el estímulo del bebé a través de la música y los instrumentos. Lo importante es establecer una vía de comunicación aprovechando la natural afinidad del bebé con las melodías, la percusión y el movimiento.
Si tu bebé tiene de seis meses a un año, pásate por nuestra escuela o ponte en contacto con nosotros para ampliar la información que necesites y prepárate para una emocionante experiencia con tu bebé.